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miércoles, 8 de febrero de 2012

Este cacharro rojo no pega con las cortinas.

Ya hace unos años, seguramente más de diez, de madrugada pusieron un programa en la tele que trababa sobre los edificios de Red Eléctrica Española, sus características principales y los arquitectos que los crearon.

A pesar de lo avanzado de la noche, me enganché al documental, que resulto ser muy instructivo e interesante, con unas preciosas imágenes de los edificios, tanto exteriores como interiores y explicaciones sobre su funcionalidad.

Los edificios eran espacios llenos de luz, con grandes volúmenes, ideales para poder trabajar dentro de ellos, pero en el documental faltaba algo, yo no estaba viendo ni un solo medio de protección contra incendios, de repente, en un plano, pude observar con dificultad el soporte de un extintor disimulado en la pared y en otra imagen un disimulado pulsador “rómpase en caso de incendio”. Supuse que habían sido retirados para realizar el documental y no le dí mas importancia al tema, simplemente me pregunte ¿Por qué no han quitado también los muebles y los fan coil? Evidentemente esto solo tiene una respuesta, respuesta que comparto con los arquitectos. Los medios de protección contra incendios son estéticamente horrorosos.

A lo largo de mi trayectoria profesional en el campo de la protección contra incendios he sido el azote de arquitectos y decoradores de interiores. En los 80 y primeros 90, la ausencia de una clara normativa permitía el uso de colores y formas más acordes con el espacio en el que serian colocados. Puedo recordar como ejemplo los extintores dorados en el Salón Real del casino de Madrid, en la calle Alcalá 15, extintores que ya han sido sustituidos por los de color rojo según la actual normativa. Os recomiendo que veáis las fotos de este enlace y podéis imaginar lo mal que lo pasamos proveedores y clientes con el asunto de los medios de protección. http://www.casinodemadrid.es

En la actualidad, el color rojo, único permitido, destroza horas de trabajo y creatividad, si a eso le sumamos los carteles de evacuación, los detectores de humo en el techo y los rociadores si fuesen necesarios ya tenemos preparado el desastre. He tenido que convencer a los creadores sobre la imposibilidad normativa de esconder extintores y sobre todo sus carteles indicadores, he explicado hasta la saciedad las razones de la situación de los pulsadores, lo malo es que yo era consciente de que argumentaba con las normas, no con la razón, pero todos sabemos que debemos cumplir con la normativa. Actualmente los fabricantes empiezan a ser conscientes de la importancia de mantener un mínimo de estética y ya se pueden ver armarios empotrados para los extintores y bocas de incendio, rociadores ocultos y detectores de humo, que pueden ser pintados observando ciertas precauciones.

Los horrorosos extintores, las bocas de incendio equipadas (BIES) y esos “pegotes” en el techo que son los detectores de humo o temperatura, son la primera línea de defensa que tenemos frente a un incendio, y os aseguro que los incendios se producen con mucha más frecuencia que lo que conocemos por los medios de comunicación, en el año 2010 se produjeron en España 115.267 incendios con intervención de los bomberos, evidentemente no hay datos fiables de la cantidad de incendios evitados por los usuarios de los edificios utilizando los medios de protección a su alcance. Las víctimas de los incendios fueron 1616, de las cuales fallecieron a causa de las lesiones 192. Evidentemente estos datos hacen que debamos tomarnos este tema muy en serio. Evidentemente lo principal es salvar vidas, pero supongo que ningún arquitecto quiere ver como una de sus obras desaparece en poco tiempo a causa del fuego. Por lo tanto, la protección contra incendios debe de pensarse como parte integrante del edificio y no solo como un añadido posterior al proyecto, de esta forma, entre todos lograremos integrar la belleza y la seguridad.