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lunes, 14 de marzo de 2011

Tenemos que enseñar

Hace ya algún tiempo, sentado tranquilamente en mi mesa me pasan el siguiente aviso de avería en una importante empresa en Alcalá de Henares:

“hemos tenido un incendio y la manguera no ha funcionado”.

¿Cómo es posible? Evidentemente tardé 0,45 milésimas de segundo en coger el coche y salir disparado esperando que el cliente me parta la cara y de paso ver qué es lo que ha ocurrido.

Evidentemente me reciben con las garras afiladas, como todo en esta vida hay afinidades y no falta quien ya ha visto una oportunidad de mandar a mi empresa de aquella época a la porra.

Se trataba de una Boca de Incendio Equipada (BIE) de Ø45mm situada en una pasarela de un tejado que protegía una chimenea con riesgo de incendio, la chimenea se incendió y actuó de inmediato el equipo de primera intervención de la fabrica. El personal de este equipo usó la BIE y no salió agua por la lanza… mal asunto. La chimenea y parte del tejado calcinado e inservible.

En fin… subo a la cubierta como si subiera al patíbulo, escoltado por las fuerzas vivas de la compañía, incluso algunos iban sonrientes… solo faltaba el redoble de tambor.

Con toda solemnidad, abro la BIE, extiendo la manguera, abro la válvula, giro la lanza y… ganas me dieron de bañar a toda la concurrencia, se escucha en la lejanía cómo arranca la bomba diesel y sale un chorro de agua de unos 10 metros de alcance, la lanza estaba cerrada y sólo tuve que abrirla. Hay que recordar que las lanzas de las mangueras contra incendios disponen de tres posiciones, cerrada, chorro y cortina o abanico. Las personas que componen los equipos de primera intervención deben saber esto.

Los que estaban serios sonrieron, los que sonreían se pusieron serios y yo internamente suspiré y confirmé lo que sabía, a la BIE no le pasaba nada. Convertí mi inminente ejecución en una clase de cómo funciona una BIE y pasé a vender un curso de formación a la brigada de primera intervención.

Nuevamente el problema de siempre, de nada sirve disponer de un sistema de protección contra incendios adecuado si luego no sabemos utilizarlo, en este caso se perdió una chimenea y algunos metros cuadrados de cubierta, pero podía haber sido mucho peor y todo porque un componente del equipo de primera intervención de una fabrica no conocía el uso una BIE.

Nuevamente la moraleja, debemos enseñar a nuestros clientes cómo funcionan estos medios de protección que vendemos e instalamos, nosotros somos los primeros interesados en que no pasen estas cosas y no crearnos injustificadas malas famas, que las justificadas ya vendrán solas.

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